Al pensar en tradiciones en los cumpleaños, automáticamente se nos viene la imagen de un pastel con sus velitas en él, y aunque se puede entender porque un postre tan delicioso se sirve en los cumpleaños, el soplar las velas es una de las costumbres que no muchos conocen.
Aunque muchos estudios revelan que soplarles a las velitas aumenta la cantidad de gérmenes catorce veces más, y debido a la pandemia por el COVID muchos han dejado de realizar esta actividad, las velas hacen alusión a lo que el festejado desee para su año por venir.
Algunas teorías apuntan a que la tradición de las velas de cumpleaños comenzó en la Antigua Grecia, cuando la gente llevaba pasteles redondos de miel con largas velas encendidas al templo de Artemisa, la diosa de la caza. Las velas se encendían para imitar el brillo de la luna, un símbolo asociado con la diosa. También se creía que el humo se elevaba y llevaba sus oraciones y pensamientos al cielo, con los dioses.
Otros historiadores creen que la tradición de las velas de cumpleaños comenzó en Alemania, en 1700, durante el Kinderfest, una celebración de cumpleaños para niños en la cual se encendía una vela y se colocaba sobre el pastel de cumpleaños para simbolizar la "luz de la vida", sin embargo, no se apagaban, sino que se dejaban consumir por completo antes de comer el pastel.
También se sabe que en el año de 1746 el conde Ludwig Von Zinzindorf de Alemania, celebró su cumpleaños con un festival extravagante. Aquí se registró que su pastel tenía agujeros donde se colocó una vela por cada año de vida del conde.
Sin duda alguna, está tradición se ha expandido por todo el mundo, existiendo distintos mitos como que tienes que pedir tu deseo en silencio antes de soplar o que si no apagas todas las velas de un soplido tu deseo no se cumplirá.
¿Eres de pedir deseos en tu cumpleaños? Recuerda que el aniversario de nuestro nacimiento es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra vida y agradecer.