El clima es un factor importante que afecta en cómo nos sentimos, y aunque muchos asocian al verano con sentimientos de relajamiento y disfrutar de unas buenas vacaciones con amigos y familiares, para otros son días calurosos que aumentan el ponernos de mal humor por el calor.
Y es que, las elevadas temperaturas pueden ser insoportable para muchas personas, afectando en el cómo se sienten. El calor puede ser tan grande que incluso ocasiona noches sin poder dormir y estar sudando constantemente, lo que según varios estudios, los días cálidos provocan mal humor e irritación.
Comportamiento social reducido
Estar en un entorno donde hace mucho calor, reduce nuestro comportamiento social, lo que nos hace menos amables y más propensos a tener una mala reacción a aquello que nos rodea. Al llegar a un cierto nivel de calor, nuestro organismo tiene que hacer un sobre esfuerzo de adaptación que puede conducir a un malestar.
Aunque nuestra conexión con el clima y nuestro estado de ánimo es positiva, lo llega a ser hasta cierto punto. Expertos aseguran que las reacciones negativas al calor provocan un aumento de la frecuencia cardíaca, la testosterona y otras reacciones metabólicas que activan el sistema nervioso simpático, responsable de la respuesta de lucha o huida.
Ansiedad por calor
El aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, son síntomas que el cuerpo asocia con la exposición a la ansiedad, lo que nos hace generar más cortisol, hormona que está encargada del estrés, y nos hace tener esta sensación incómodo de irritabilidad.
La tendencia a la impulsividad también está ligada a la falta de oxígeno que sufre el cuerpo cuando hace calor. Cuando nuestro cuerpo ya no puede regular su temperatura a través de la transpiración, la respiración tiene que lidiar con un déficit de oxígeno, lo que nos vuelve más irritables.
Ahora ya sabes: ¡No eres tú, es el calor!