Aunque muchos no les prestemos atención, todos sabemos que existen horas más favorables para comer, y que si comemos a altas horas de la noche no es bueno para nuestra cintura. Pues un nuevo estudio ha descubierto que la hora en la que decidamos comer realmente afecta a que tanta hambre nos dará después.
Según los resultados, comer más tarde en el día duplicará las probabilidades de tener más hambre. Comer cuatro horas más tarde de lo demás supone una gran diferencia en nuestros niveles de hambre, pues quemamos calorías de una forma distinta y almacenamos mayor grasa.
Cambio en nuestro ritmo
Todo se debe a que nuestro ritmo circadiano, que influye en funciones fisiológicas clave como la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca, afecta a la forma en que nuestro cuerpo absorbe el combustible.
El estudio muestra que comer más tarde provoca un aumento del hambre, alterando las hormonas y también cambia la expresión de los genes, lo que hace que la grasa se descomponga de manera más lenta y se acumule en mayor medida.
La leptina y el hambre
Esto ocasiona que bajen los niveles de leptina, una hormona que nos indica cuándo nos sentimos llenos, por lo que mientras más tarde comamos, menor será la sensación de saciedad cuando estamos comiendo.
Incluso se dice que las personas que comen más tarde en el día manifiestan un mayor deseo de comer alimentos salados y con almidón y carne, dejando de lado otros más saludables como lácteos y verduras.
La hora también es algo a tomar en cuenta para aquellos que buscan bajar de peso.