Debido al uso diario de las redes sociales, muchas personas han encontrado que la forma más fácil para comunicarse con los demás es sin duda a través de mensajes, sobre todo por aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp.
Sin embargo, la comodidad de mandar mensajes ha hecho que a muchos jóvenes no les guste hacer llamadas ni tampoco recibirlas. Se ha encontrado que un amplio porcentaje de jóvenes rechazan realizar y atender llamadas, prefiriendo el uso de aplicaciones y redes sociales.
La principal razón por la que los jóvenes no deciden tomar las llamadas de móvil es que consideran que responder a una llamada les distrae o les quita demasiado tiempo. Además, desde niños han crecido con diferentes aplicaciones de mensajería instantánea, siendo esta su principal forma de comunicación.
Control de mensajes
Los expertos dicen que los jóvenes están muy acostumbrados a manejar un tipo de comunicación en la que se puede pensar qué se dice y cómo se dice, pues al ser enviado en un mensaje escrito o de voz, se puede borrar luego si no se encuentra la forma correcta de comunicar algo.
En las llamadas de teléfono, todo ocurre en tiempo real y se necesita cierto nivel de espontaneidad, por lo que dejar ir ese control de los mensajes puede generarles miedo y ansiedad. Es aquí que entra el término de ''telefonofobia'', que es el miedo a atender llamadas de teléfono.
En las redes sociales, todos podemos elegir las conversaciones que queremos abordar y cuales no queremos contestar, por lo que se puede finalizar una comunicación con cualquier persona sin justificación alguna.
Es por esto que muchas escuelas han implementado oportunidades a los alumnos de exponerse en público, pues la oratoria y la capacidad de improvisación les permitiría desenvolverse mejor en todo tipo de conversaciones digitales, en llamadas y en persona.