Hacer dieta es una de las cosas más agonizante para muchas personas, pues desde siempre se ha asociado a la alimentación saludable como un sacrificio que debemos de tomar.
Aunque en un principio se trata de dejar la comida chatarra o procesada, que muchas veces es la favorita de varias personas, se ha descubierto que la mejor manera de comer saludable es asociar la dieta con el placer.
Repensar nuestra percepción del peso y la dieta si queremos empezar a comer saludable. Nuestras creencias influyen en la forma en que nuestro cuerpo responde a los alimentos.
Influencia en la expectativa
Es aquí cuando entran los ''efectos de la expectativa'', que influencian a nuestro apetito por señales del sistema digestivo por medio e fuentes de información que vienen del cerebro.
Por ejemplo, las etiquetas de los alimentos, el color y el olor pueden influir en las expectativas de qué tan apetecible es una comida. Al catalogar algo como ''comida saludable'', hace que las personas sientan más hambre que otras persona que comen algo que se considera más llenador y apetecible.
Cuando estamos tratando de perder peso no debemos olvidar el placer de comer, pues aunque debemos consumir alimentos con menos calorías, siempre debemos asegurarnos de que estén llenos de sabores interesantes e intensos que muevan nuestras papilas gustativas.
Finalmente, debemos evitar los sentimientos negativos que a menuda acompañan a las dietas, por lo que debemos hacer un esfuerzo consciente para saborear y disfrutar cada bocado.
¡El mejor acompañante de la dieta es el placer!