Más allá de si seamos personas románticas o no, nuestro cerebro siempre está buscando vincularnos emocionalmente con otras personas, pues nadie puede escapar de la necesidad de interactuar con otros humanos.
El amor es una necesidad biológica vital para el bienestar de una persona, casi tan importante como tomar agua, la comida y el ejercicio. Los beneficios del amor se originan en el cerebro, que está programado para producir y liberar hormonas cuando experimentamos atracción, afecto y apego.
La mente y el cuerpo utilizan una amplia red de neurotransmisores y mensajeros químicos que están conectados por importantes estructuras cerebrales, lo que permite que refuercen nuestro deseo de presentarnos con otra persona tras una simple mirada, o que sintamos que somos almas gemelas cuando llevamos tiempo con alguien.
Cuando la red del amor se enciende activa los centros de recompensa del cerebro, liberando distintas sustancias que nos hacen sentir alegría y también ayudan a a nuestro cuerpo a sanar y a nuestro mente a lidiar con el dolor.
Mejoras amorosas
Algunos de los beneficios demostrados de tener amor en la vida son reducción del estrés, mejor sueño, mejora de la salud inmunológica, reducción del dolor, menos depresión, mayor capacidad para resolver problemas, mejorar la función cognitiva e incluso una vida más larga.
Las relaciones seguras, tanto románticas como no románticas, crean estados en el cuerpo que favorecen la relajación, el crecimiento y la restauración. Es así que establecer relaciones afectivas es fundamental para gozar de buena salud.
A diferencia de otros mamíferos que pueden vivir en soledad, los humanos no han evolucionado para vivir como criaturas solitarias, por lo que el amor no es algo de lo que podamos prescindir, siendo una necesidad biológica más.
¿Quieres tener una vida duradera y saludable? Dar y recibir amor es la respuesta.