Desde siempre se nos ha dicho que cuando una persona cumple los 18 años se considera oficialmente adulto, siendo alguien con mayoría de edad para tomar sus propias decisiones.
Sin embargo, si hablamos del cerebro este aún se queda un poco atrás, pues no llega a completar todo su desarrollo hasta a medidados de los veinte años y principio de los treinta. Para entender mejor esto, tenemos que entender que el cerebro se compone de dos estructuras: la materia gris y la materia blanca.
La materia gris está formada por las células nerviosas y la materia blanca por las conexiones entre las células nerviosas responsables de la comunicación. Diversas investigaciones han demostrado que la materia gris sigue creciendo hasta alrededor de los 25 años, mientras que la materia blanca crece hasta los 30 años.
Entre los 18 y 25 años, nuestro cerebro sigue desarrollándose socialmente, al igual que la adolescencia, por lo que durante esta fase nos adaptamos mejor a distintas situaciones sociales, además de aprender a distinguir mejor entre lo que queremos o pensamos nosotros mismos.
Conscientes de nuestro entorno
De los 25 en adelante ya estamos conscientes de lo que nuestro entorno espera de nosotros, por lo que somos más considerados con los demás y sabemos controlar mejor neustro propio comportamiento. Es por esto que se puede decir que maduramos, al menos a nivel cerebral, a partir de los 25 años.
Después de los 30 años, el cerebro empieza a encogerse ligeramente, esto no significa que se degrada inmediatamente ni que no podamos aprender nada nuevo, pero es aquí cuando el cerebro opta por reforzar aquello que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida.
Es a los 70 años, aproximadamente, que el derioro del cerebro se acelera, que es cuando comenzamos a perder conexiones y se deteriora la memoria.
El cerebro es un organo muy complicado, pero que sin duda tarda más de los 18 años para considerarse lo suficientemente adulto.