Todos buscamos hacer actividades o comer ciertos alimentos para mejorar nuestra salud. Ya sea hacer ejercicio de forma seguida o implementar más frutas y verduras a nuestra dieta, hay una serie de hábitos que pueden ser buenos para sentirnos mejor, y entre ellos está el ser amable.

Aunque suene raro, se ha comprobado que ser amable con otras personas tiene beneficios importantes para nuestra salud. Si bien, la amabilidad beneficia directamente a la persona que recibe ese favor, el que la practica con regularidad puede aumentar su felicidad y reducir los síntomas de depresión y ansiedad.

Además, ser amable parece tener un poderoso efecto en nuestro sistema inmunitario al reducir la inflamación. Hay estudios que demuestran que ser amable con los demás puede mejorar significativamente nuestro estado de ánimo.

El cerebro puede mostrar cuando alguien decide ser generoso o cooperar con los demás, ya que se activa una zona de él conocida como cuerpo o núcleo estriado. Esta parte del cerebro responde a las cosas que pueden tener efectos gratificantes, como cuando comemos alimentos sabrosos.

Menos dolor

De igual forma, al ser bondadosos podemos llegar a reducir el dolor. Por ejemplo, un estudio descubrió que donar sangre dolía menos que sacarse sangre para un análisis, aunque la aguja fuera el doble de gruesa.

Los expertos en la salud afirman que ser amable con más personas y organizaciones, como amigos y familiares, pero también ser voluntario, aunque sea sin recibir el mismo trato a cambio, se asocia con una menor inflamación en los dolores crónicos.

La razón de esto es que hay un vínculo muy fuerte entre la bondad, estrés y el dolor. Aquellas personas que están más estresadas de modo crónico muestran una inflamación sistémica mucho mayor.

En conclusión, reducir el estrés y la inflamación son unos de los mayores beneficios de mostrar amabilidad.