En un mundo lleno de redes sociales donde podemos enterarnos de lo que pasa en todo el mundo de forma inmediata, se deja de lado el como la información que recibimos afecta a nuestra salud mental.
Ya sea de forma activa o pasiva, nuestro cerebro está todo el día recopilando información, pero lo malo de esto es que los humanos tienden a retener hasta 13 veces más información negativa que positiva.
Esto se debe a un sesgo cognitivo conocido como sesgo de negatividad, el cual nos impulsa a prestar más atención a las amenazas o peligros potenciales.
Esta capacidad ha sido crucial para la supervivencia de nuestra especie, ya que nos permitió identificar y reaccionar ante situaciones de riesgo. Aunque hoy en día ya no enfrentamos los mismos peligros, sigue influyendo en nuestra percepción y memoria.
Otro factor importante de por qué la información negativa afecta nuestra salud mental es el miedo. Nos afectan más las emociones y situaciones negativas porque las tememos más y las creemos más realizables que las positivas.
Sin embargo, esto no significa que debamos de bloquear todo tipo de información negativa, sino que tenemos que aprender a cuidar lo que consumimos de forma consciente para así proteger nuestra salud mental.
La clave está en hacer un "ayuno informativo" mediante un ejercicio de selección de información. Por ejemplo, diversos estudios ha encontrado que podemos reducir nuestro estrés y ansiedad y mejorar nuesto estado de ánimo si consumimos información buena después de leer malas noticias.
En un mundo en que la información nos invade, debemos aprender cuál es la información que queremos recibir, teniendo un consumo moderado y priorizando temas que sean relevantes y significativos para nosotros.