Unas de las muestras de cariño más personales es sin duda el beso, pues desde parejas de todo el mundo con el beso en la boca, hasta familias y amigos con el beso en el cachete, utilizan este gesto para demostrar su amor.
Y es que en cualquier parte del mundo el beso es la señal de apego y cariño por excelencia en todos los continentes y culturas, tanto así que hasta algunas figuras talladas hace más de 10 mil años muestran a dos personas fundiéndose en un beso y abrazo.
Esto revela que el beso no es ningún gesto que se creó en nuestra época, pero ¿Qué llevó a que los humanos consideraran el beso la mayor muestra de cariño?
De todos los comportamientos humanos, el beso es el que tiene más importancia en la línea de vida de una persona.
Es difícil saber cuándo fue la primera vez que saludamos a alguien o estrechamos su mano, pero sí queda en nuestra memoria cuándo dimos nuestro primer beso.
Tanto así que un nuevo estudio ha encontrado que los besos tienen un significado biológico universal, teniendo una base evolutiva más antigua que las propias culturas modernas.
Los científicos participantes del estudio recurrieron al reino animal en busca de respuestas. Concretamente analizaron el momento social más importante entre los primates: el acicalamiento.
Vínculos cercanos
Esta es una práctica ancestral que no solo sirve para liberar de parásitos el pelaje de los primates, sino que además es crucial para forjar y reforzar vínculos sociales entre los individuos del grupo.
Durante este acto, el que acicalaba tocaba al acicalado con los labios protuberantes y succionaba el pelaje para agarrarse y eliminar un parásito o desechos, acercándose boca con boca de forma similar a un beso.
Esta práctica perdió su utilidad inevitablemente a causa de la evolución, pues los humanos fueron perdiendo gradualmente el pelaje y las sesiones de aseo fueron dejadas de lado hasta desaparecer.
Sin embargo, el acto del contacto de labios con la piel y la boca de alguien más no desapareció, siendo el paralelismo más evidente y más cercano al beso humano.
Si bien no se ha confirmado que este sea el origen total del beso, los científicos afirman que su relación con el acicalamiento de los primates es el más cercano, pues hasta ahora ningún otro comportamiento propuesto ha tenido tantas similitudes contundentes.