Uno de los métodos más fáciles para ejercitarse es caminar, pues es una actividad que no requiere un esfuerzo considerable, e incluso existe un mínimo de pasos recomendado que oscila entre 8 mil y 10 mil.
Sin embargo, contrario a lo que se cree, un nuevo estudio ha encontrado que las caminatas con pausas queman más calorias que las caminatas sin descanso.
Los investigadores explicaron que nuestro cuerpo al caminar, funciona de forma similar al de un vehículo que consume más combustible durante los primeros kilómetros, al inicar el viaje.
Cuando comenzamos a caminar, podemos incurrir a algunos costos fijos de energía al comienzo de la marcha. Siguiendo la analogía presentada, conducir un automóvil necesita algo de combustible para arrancar el motor.
Cuando comenzamos a caminar después de estar en reposo, se consume una cantidad significativa de oxígeno solo para comenzar a caminar.
Este costo se hace presente independientemente si lo hacemos luego de caminar durante 10 o 30 segundos, por lo que proporcionalmente es más pesado tener marchas cortas que marchas largas.
Generalmente se recomienda una caminata corta de 30 minutos al día, cinco días a la semana, para mantener la salud. Pero los científicos del estudio son conscientes de que hay personas en diferentes escenarios que les impiden moverse constantemente.
Para ellos, era necesario conocer con precisión el gasto calórico de las marchas con pausas para diseñar programas de rehabilitación dirigidos a personas con movilidad limitada, obesidad o que han sufrido accidentes cerebrovasculares.
Cuando caminamos durante períodos más cortos, usamos más energía y consumimos más oxígeno para cubrir la misma distancia, por lo que puede ser una alternativa totalmente viable para aquellos que se les dificulta o quieren empezar a hacer ejercicio.