La toma de decisiones puede ser una actividad muy difícil para algunas personas. Desde asuntos cotidianos como escoger que comer, hasta decisiones importantes que pueden cambiar nuestra vida, elegir entre dos o varias opciones pueden suponer mucha ansiedad.
Es por eso que diversos estudios han buscado cuál es el truco perfecto para decidir, encontrando que la mejor forma de tomar decisiones es consultarlas con la almohada, así como dice la popular expresión.
La realidad es que nuestro cerebro trabaja mucho mejor en la toma de decisiones durante el sueño. Además, si le damos un poco de descanso, se vuelve menos impulsivo y no se deja llevar tanto por las primeras impresiones, algo muy importante al momento de decidir.
Algunas personas experimentan una especie de ensoñaciones en las primeras fases del sueño conocidas como hipnagogia. Estos sueños tempranos, que ocurren cuando aún no se ha caído en la fase de sueño profundo, pueden aumentar la creatividad.
Grandes figuras históricas avalan este hecho, pues Salvador Dalí aseguraba haber tenido la idea de muchos de sus cuadros más famosos durante esta etapa de sueño tan peculiar.
También el inventor de la bombilla, Thomas Edison, hizo referencia a ello, pues según dijo, por la noche dormía solo 4 horas para en el día descansar en pequeñas siestas que le ayudaban a pensar mejor en su trabajo.
Aunque está claro que no todo lo que decidamos después de dormir será un acierto, dar un descanso a nuestro cerebro nos ayudará a ver las cosas con mejor claridad, aumentando nuestra creatividad, y haciendo que se nos ocurran ideas que probablemente antes no habíamos pensado.