El aroma corporal va cambiando y evolucionando a lo largo de nuestra vida. Seguro alguna vez has podido detectar olores que asemejen a distintas etapas de la vida, como el olor a bebé o de viejito.
Esto es debido a que efectivamente cada etapa de la vida, desde que somos bebes, crecemos en la adolescencia, maduramos en la adultez y llegamos a la tercera edad está marcada por su propio olor.
Durante la infancia, el olor corporal suele ser suave debido a la baja actividad de las glándulas sudoríparas y a un microbioma (comunidad de microrganismos) cutáneo sencillo.
Los olores en este caso generan una percepción olfativa emocional agradable o familiar, activando redes neuronales que aumentan el placer y disminuyen la respuesta al estrés, además de fomentar el vínculo de padres e hijos.
La adolescencia supone un cambio importante en el olor corporal, esto debido a la producción de hormonas secuales, que, entre otras cosas, induce la activación de las glándulas sudoríparas y sebáceas.
Existen unas glándulas de estas llamadas apocrinas, que segregan proteínas y lípidos. Al descomponerse, esas sustancias producen ese olor agrio que comienza a presentarse en los adolescentes.
Las glándulas sebáceas alcanzan su actividad máxima en la edad adulta. Aunque menos intenso que en la adolescencia, el olor corporal sigue existiendo en cada persona.
Poseer un aroma característico y la capacidad de detectar olores ajenos proporciona información social respecto a nosotros mismos, nuestros parientes, la edad, el sexo, la personalidad, las enfermedades y las emociones.
Con el envejecimiento, la falta de colágeno de la piel aplasta y reduce la actividad de las glándulas sudoríparas y sebáceas, disminuyendo la cantidad de compuestos antioxidantes como la vitamina E.
Esto y la suma de otros factores desencadena un aumento de reacciones de oxidación, dando lugar al "olor a viejito", olor al que los japoneses llaman "kareishu".
La mayoría de personas asociamos este olor con buenos recuerdos de abuelos y padres. Y es probable que, al igual que en la infancia, ayude a perpetuar los cuidados, esta vez de las personas mayores.
Ahora ya sabes como el olor se hace presente y cambia en cada etapa.