Si estás en una relación o alguna vez tuviste una, seguro te has dado cuenta que, en la mayoría de los casos, la mujer recuerda con mayor detalle cada momento romántico que se ha tenido en la relación.
Y es que, según expertos en psicología, el cerebro femenino es capaz de recordar cada detalle de una primera cita, un primer beso o cómo fue realmente la celebración. Esto se nota aún más con el paso de los años, pues el recuerdo que una pareja tiene de los tiempos iniciales en una relación es diferente si lo cuenta ella o si lo cuenta él.
La razón de esta capacidad femenil, es debido a que las mujeres almacenan las emociones como recuerdos en su cerebro pues emplean ambos lados del cerebro para responder a las experiencias emocionales, mientras que los hombres usan sólo un lado.
Las conexiones entre los centros emocionales son más activas y amplias en las mujeres. Ante las imágenes emocionales, el cerebro femenino enciende nueve áreas cerebrales diferentes mientras que los hombres solo encienden dos.
Es así que las mujeres son capaces de recordar los acontecimientos emocionales, como primeras citas, vacaciones o incluso graves discusiones de forma más vivida y durante más tiempo que los hombres.
El motivo de que la memoria de ellas sea mejor para los detalles emocionales es que la amígdala de una mujer, el sistema interior de alarma y coordinación del cerebro y encargado de avisar al cerebro consciente para que preste atención, se activa más fácilmente por obra de los matices emotivos.
Cuanto más enérgica sea la reacción de la amígdala ante una situación de estrés, ya sea accidente, amenaza, o suceso grato, como una cena romántica, más detalles archivará el hipocampo en el almacén de la memoria acerca de tal experiencia.
Los científicos creen que como las mujeres poseen un hipocampo relativamente mayor, tienen recuerdos más claros de los detalles de las experiencias emocionales, tanto gratas como ingratas: saben cuándo ocurrieron, quién estaba allí, el clima que hacía, entre muchas otras cosas.
Esto no signifique que los hombres no valoren o aprecien aquellos momentos románticos, sino que los circuitos cerebrales funcionan de manera distinta y su memoria a largo plazo no guarda tanta información a detalle como la de las mujeres.