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¿Por qué no podemos evitar tocarnos la cara?
¿Por qué no podemos evitar tocarnos la cara?

¡No podemos evitarlo! Durante el día nos rascamos la nariz, nos frotamos los ojos o nos tocamos el pelo, sea cual sea la forma, siempre nos estamos tocando la cara. Incluso, estudios han encontrado que se calcula que hacemos esto 50 veces por hora: casi 800 veces al día.

Aunque al tocarnos la cara buscamos simples acciones como arreglarnos el pelo, quitarnos el picor de nariz o frotarnos los ojos por el cansancio, se ha descubierto que la mayoría de veces que nos tocamos la cara es sin motivo aparente y de forma inconsciente.

Según teorías recientes, tocarse la cara inconscientemente sirve para reducir el estrés y ayuda a regular el equilibrio emocional. En general, el tacto favorece la salud y no sólo alivia la ansiedad y la tristeza, sino también el dolor y la hipertensión.

Abrazar o tener algún tipo de contacto físico con otra persona disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Sin embargo, para la mayoría de personas, tocarse uno mismo la cara amortigua de la misma manera el estrés físico.

Los dedos se mueven hacia la cara con especial frecuencia en momentos emocionales fuertes, como la pérdida de un ser querido, o momentos cognitivamente exigentes, como pensar la solución de un problema difícil.

Aunque aún falta estudiar más en profundidad los beneficios que tiene autotocarse la cara, se ha comprobado que es una respuesta inconsciente que tiene nuestro cuerpo para sobrellevar de mejor manera los problemas que enfrentamos día con día.

Y tú ¿Te has puesto a contar cuantas veces al día te tocas la cara?